Saludos chicos! Cuarta entrega de la sección Hoy hablamos de Leyendas, y por primera vez, nuestro protagonista es un jugador europeo. Pero no uno cualquiera, sino probablemente el mayor talento nunca surgido en Europa del Este. Un chico que estaba llamado a reinar en el deporte de la canasta más allá del Atlántico. Un hombre que puso en pie a toda una nación, y que como las antiguas repúblicas soviéticas, se consumió de un modo mucho más triste y brusco del que me gustaría contaros. Un pionero en demostrar a los americanos que Europa también sabe jugar a esto: El genio de Sibenik, cuyo
nombre es Drazen Petrovic.
El comienzo de nuestra historia se remonta al 22 de octubre de 1964, fecha en la que, en la fría región de Sibenik, situada en la república de Croacia, por entonces perteneciente a una congregación de Estados bajo bandera soviética que recibía el nombre de Yugoslavia, nacía Drazen Petrovic, hijo menor del matrimonio entre Jole y Biserka Petrović. A muy temprana edad, el joven Drazen empezaría a interesarse por el baloncesto, gracias en parte a la influencia de su hermano mayor, Aleksandar, y enseguida se volvería un enamorado de este deporte, consiguiendo entrar en las categorías inferiores del equipo local. Pero Drazen desde el principio tenía claro que el no quería ser uno más: quería ser el mejor, y trabajaba muy duro para ello. Su madre cuenta que al entrar a formar parte del equipo, consiguió que le dejaran las llaves del gimnasio donde entrenaban, y se levantaba a las 6 de la madrugada para entrenarse en solitario, con el objetivo de conseguir mejorar, lanzando una media de 500 lanzamientos diarios. No es de extrañar por lo tanto que Drazen llegara a formar parte del primer equipo del CB Sibenka con tan solo 15 años. El joven Drazen guiaría al Sibenka a la final de la Radivoj Korać Cup, pero en ambas ocasiones perderían. Pero pese a ello, Petrovic se había ganado un nombre en Europa. Jugadores coetáneos a su tiempo, como Toni Kukoc o Vlade Divac, algo menores que él, afirman que seguían todos sus pasos y soñaban con jugar con el en el combinado nacional yugoslavo. Y tendrían dicha oportunidad en el campeonato de Europa junior disputado en Bulgaria en 1982, donde la selección yugoslava se alzaría con la plata desplegando un gran juego, demostrando sus claras posibilidades de ser una selección a tener en cuenta en los siguientes años.
Tras cumplir el servicio militar obligatorio, Petrovic firmó por el Cibona de Zagreb, siguiendo así los pasos de su hermano, no tardando en convertirse en la estrella del equipo. De hecho en su partido de debut se enfrento a su ya ex-equipo, el CB Sibenka, y sin rastro alguno de piedad les endosó 56 puntos, demostrando su compulsiva capacidad anotadora. Como muestra: en un partido disputado en 1985 entre el Cibona y el Olimpija, Drazen anotó la friolera de 112 puntos, por 46 de sus compañeros. Con Petrovic a la cabeza, el Cibona vivió su epoca dorada entre 1984 y 1988, alzándose con 3 euroligas en 4 años, una ganada frente al Real Madrid, y otra frente al equipo de Arvydas Sabonis, el Zalgiris Kaunas. En este momento, Petrovic era uno de los mejores jugadores del momento en el viejo continente.
Petrovic era adorado por la afición del Cibona Zagreb.
En la temporada de 1988/89 ficharía por uno de los equipos de los que había sido verdugo, el Real Madrid. En esta campaña, que a la postre sería la única que Petrovic disputaría en el conjunto blanco, el Real Madrid conquistaría la Copa del Rey frente al Barcelona, equipo que no obstante se llevaría la Liga, pese a que Petrovic establecería el record de puntos en un partido de una Final ACB, anotando 42 tantos. Pero si hay un momento que los aficionados a la sección de basket merengue tienen grabado en la retina sobre este genio del basket, hablamos de la Final de la Recopa de Europa: el 14 de marzo de 1989, el Real Madrid se enfrentaba en la finalísima al Snaidero de Caserta de Óscar Schmidt, uno de los mejores jugadores de la historia del baloncesto, capaz de anotar más de 120 puntos en varias ocasiones en la liga brasileña. Un duelo de cañoneros en toda regla que no decepcionaría a nadie: al final del partido, el marcador reflejaba un 117-113 a favor del conjunto español. Schmidt había acabado el partido con 44 puntos..pero Petrovic, en un nuevo recital, había respondido anotando 62 puntos, es decir, más de la mitad de la anotación final madrileña. Todo un recital.
Sin embargo, como ya hemos dicho, esta sería la única temporada en la que los aficionados españoles podrían disputar en directo del genio de Sibenik, puesto que al acabar la temporada, Petrovic se marcharía a los Portland TrailBlazers, equipo que le había escogido en la 13º posición de la tercera ronda del Draft de 1986, pagando el conjunto de Oregon un millón y medio de dolares por la rescisión de su contrato. Así, Petrovic llegaba a la mejor liga del mundo dispuesto a hacerse un hueco entre los mejores. Pero las cosas no iban a salir como el hubiera deseado.
Y es que la franquicia tenía a grandes jugadores en la posición de base/escolta: Clyde Drexler, Terry Porter o Danny Ainge, por lo que en su primera temporada tuvo un reducido papel, solo disputando una media de 12 minutos por encuentro. Venía de ser uno de los jugadores más dominantes de europa, y ahora estaba sentado en el banquillo esperando a que Rick Adelman le diera una oportunidad para intentar ayudar. Vlade Divac, por entonces gran amigo de Petro, contaba que hablaban por teléfono todos los días, y que Petro a veces le decía emocionado: "¡Vlade, hoy he conseguido anotar 2 puntos!". Imaginad como tendría que sentirse el apodado Mozart del baloncesto para decir esas palabras. Pero lejos de venirse abajo, Petrovic respondió como solo un ganador con una mentalidad de acero puede hacerlo: trabajando aún más. Danny Ainge cuenta que, siendo compañeros, una noche fue a verle a su domicilio, y accidentalmente se quedo dormido en el sofa. Cuando despertó, Drazen estaba encima de su bicicleta estática entrenando duramente, pese a que en una hora tenían que entrenar. Y es que su carácter no le permitía rendirse. Tenía que demostrar que el valía de verdad para esa liga. Los Blazers llegarían ese año a la final de la NBA, pero caerían por 4-1 hasta los Bad Boys de Detroit. Al menos tuvo una alegría en el verano de 1990, donde ganaría el oro del mundial de 1990 con la selección Yugoslava, tras eliminar a USA en las semifinales y ganar a la URSS en la Final. No sabía por entonces que ese sería su último partido con la selección yugoslava. Debido a los movimientos independentistas de algunas de las regiones que conformaban Yugoslavia, estallaría la guerra por la independencia, movimiento que generaría tensiones de especial modo entre croatas y serbios. Petrovic, croata de nacimiento, se distanciaría de los compañeros no croatas de la selección de Yugoslavia, tomando caminos totalmente opuestos.
En cuanto a la NBA, las cosas, lejos de mejorar, fueron a peor. En la temporada siguiente, sus minutos se disminuyeron aún más, reduciéndose a una media de 7 por encuentro. . Así, viendo que la situación no tenía visos de cambio, tras 18 partidos con los Blazers en la temporada 90/91, Drazen pediría el traspaso, y este llegó en forma de un acuerdo a tres bandas entre Blazers, Nuggets y Nets, que le llevaría a New Jersey a cambió de una ronda de Draft. Si, ese era su valor entonces en la liga. Una misera ronda de Draft.
Afortunadamente, en los Nets supieron ver el potencial que tenía Petrovic, y con un rol de 20 minutos en su primera temporada elevaría su producción ofensiva hasta los 12 puntos por encuentro. En la temporada siguiente, ya con la confianza de su entrenador, Bill Fitch, que le puso de escolta titular, Petro se fue hasta los 20.6 puntos de media, llevando a los Nets hasta los Playoffs, donde promediaría 24.3, aunque caerían en 4 partidos ante Cleveland. Sin embargo, Drazen tenía el respeto de la Liga.
Tanto era así, que uno de los mejores tiradores de la historia, Reggie Miller, afirmaría de él:
"Me volvía loco cuando jugaba contra él, por que a veces te hablaba y no sabías que te decía. Se podía burlar de ti en 4 idiomas diferente. Era un gran jugador"
Ese verano, se disputaban las Olimpiadas de Barcelona 92, y Petrovic las disputaría con la selección croata, ya que el país, tras declarar su independencia, había recibido el permiso por parte del Comité Olímpico Internacional para disputarlas bajo la bandera croata. El combinado nacional llegaría hasta la Final, donde se encontrarían al mítico Dream Team, equipo que les barrería dada su constelación de estrellas, ganando la final por 32 puntos (117-85). Pero al menos habían conseguido dar la cara ante el mejor equipo jamás formado, y se llevaban a casa una merecida medalla de plata.
De vuelta a la NBA, en la temporada 1992/93 seguiría la progresión de Petrovic, protagonizando grandes noches con la camiseta de los Nets, consiguiendo un record de 43 victorias y 39 derrotas, con unos promedios de 22.3 puntos, clasificándose para los Playoffs donde se las volverían a ver los Cavs. En dicha eliminatoria, Petrovic promediaría 15 puntos, pero que no serían suficientes para eliminar a los Cavs, que finalmente les derrotarían por 3-2. La suerte volvía a darles la espalda. Debido a las tensiones entre sus compañeros y el, Petrovic se planteaba su salida de los Nets. No obstante, no tomaría la decisión hasta volver del Torneo clasificatorio para el siguiente Eurobasket. Era un torneo que la selección croata hubiera superado fácilmente aún sin la ayuda de Drazen, pero él, como capitán, quería acompañar al equipo en dicha cita. Al terminar, la selección croata hizo escala en Alemania, donde cogerían un vuelo que les llevaría hasta Zagreb. Pero entonces Petrovic decidió encontrarse con su novia en el aeropuerto, y viajar hasta la capital croata en coche. Y esa sería una decisión que cambiaría el curso de la historia que os contamos.
Tras más de 200 km de viaje, Drazen se quedó dormido mientras su novia conducía. En un momento puntual del viaje, un coche se salió de la calzada, dirigiéndose hacia un camión. El conductor de este consiguió esquivarlo, pero el trailer se quedo cruzado en mitad de la carretera. A 200 metros estaba el coche donde viajaban Drazen, su novia, y una amiga de esta. La chica intento frenar, pero no había suficiente distancia, e impactaron de lleno contra el camión. Drazen no llevaba puesto el cinturón de seguridad.
El 7 de Junio de 1993, la ESPN interrumpía su programación habitual para dar una noticia que conmocionaría al mundo:
"Drazen Petrovic, que se había convertido en uno de los mejores bases de la NBA en estas 2 últimas temporadas con los New Jersey Nets, ha fallecido esta tarde a los 28 años de edad víctima de un accidente de tráfico en Alemania"
100.000 personas asistirían al funeral de Drazen Petrovic en Zagreb. Toni Kukoc y Dino Radja, compañeros de la selección croata y amigos desde la adolescencia de Petrovic portaron su féretro. Chicos que 2 días antes estuvieron jugando un partido con él, y que ahora tenían que darle el último adiós.
Rápidamente, el mundo NBA mostraría sus condolencia por la perdida del joven jugador. Desde David Stern a Michael Jordan, y los New Jersey Nets decidirían retirar su número 3 en señal de respeto por uno de los jugadores más geniales que jamás se hayan enfundado la camiseta de la franquicia ahora situada en Brooklyn.
La luz con la que Drazen Petrovic brilló a lo largo de sus 28 años de vida se apago hace ahora 20 años, pero el recuerdo del genio de Sibenik, el jugador determinante, el chico trabajador, el apasionado del baloncesto, y uno de los pioneros en abrir el camino para que los jugadores de Europa pudieran triunfar en la tierra prometida pero inexplorada que era la NBA en los años 80 nunca se apagará. Por que cada vez que veamos a un jugador europeo llegar a la mejor liga del mundo, será, en parte, gracias al camino que en su día abrió uno de los mejores jugadores que nunca haya pisado una pista de baloncesto.
Estadísticas individuales de Drazen Petrovic en la NBA: 4.461 puntos, 701 asistencias, 669 rebotes y 265 robos en 7.669 minutos, repartidos en 290 partidos, para unas medias de 15.4 puntos, 2.4 asistencias, 2.3 rebotes y 0.9 robos.
Palmares de Drazen Petrovic: Dos Copas de Europa (KK Cibona), una Liga de Yugoslavia (KK Cibona), tres Copas de Yugoslavia (KK Cibona), dos Recopas de Europa (KK Cibona y Real Madrid), una Copa del Rey (Real Madrid), dos platas (Yugoslavia y Croacia) y un bronce olímpicos (Yugoslavia), un Eurobasket (Yugoslavia) y un Mundial (Yugoslavia) son sus logros más destacados.
Si os ha gustado la historia de Drazen Petrovic, os recomiendo ver el documental que voy a poner a continuación, sobre la relación de Petrovic con Vlade Divac, con la guerra que dividió Yugoslavia como telón de fondo. Sin más dilación, muchas gracias por leer esta nueva aportación a la sección "Hoy hablamos de Leyendas", y os dejo con el documental, cuyo título es "Hermanos y enemigos: la historia de Petrovic y Divac".
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