viernes, 9 de agosto de 2013

A basketball dream - Capítulo I

Pese al frío que entraba por la ventana, Martín seguía despierto. Con los ojos entreabiertos escudriñaba la televisión. Era el 14 de junio y corría el 98. Había trasnochado pese a la prohibición de sus padres y estaba sentado, intentando no llamar la atención o hacer ruidos. El viejo reloj de la pared marcaba las 3:12. "Como me pillen, me matan", pensó. El partido era de suma importancia. Los playoffs llegaban a su fin, y la final prometía ser espectacular.
La vida de Martín Luján no era una vida trágica. Desde pequeño se encaprichó con el baloncesto, siguiendo la NBA a partir de los 7 años. Pero había un problema: Su padre, Carlos Luján, había jugado en el Barça muchos años, y, evidentemente, prefería que su hijo continuase la tradición. Ese era el obstáculo de Martín. No le faltaba de nada, pero el notaba que le faltaba aquello, y era muy importante.

Así que comenzó a aficionarse al basket pero en secreto. Jugaba con sus amigos cuando iba a "comprar el pan". "¡Es que había mucha cola, mamá! "El sudor es por el calor". Se compraba camisetas de sus ídolos con sus ahorros y las escondía debajo del colchón. Jordan, Barkley, Magic, Bird, Payton... dominaba el inglés gracias a tantas y tantas horas de visionado y lectura estadounidense. Tenía 13 años y una buena vida. Pero le faltaba el basket.

Los Jazz necesitaban no perder la pelota, porque ganaban de uno. La voz de Andrés Montes y Antoni Daimiel apenas se escuchaba por la vibración del Delta Arena, hasta que un "la robó Jordan" sonó por los altavoces de la tele de Martín. No se podía estar quieto, estaba de pie y saltando de la emoción. El reloj descendía poco a poco. 11... Jordan avanzaba con la pelota mientras las miradas se fijaban en el. 10... El escolta llevaba ya 43 puntos, y Martín, con su camiseta de MJ, no podía aguantar la tensión. 9... Mientras el genio botaba Martín se agarraba al cojín del sofá conteniendo los nervios. 8... Se oyeron las escaleras, pero Martín estaba concentrado en la tele. 7... "Bienvenidos al vuelo número 23...".


El padre de Martín se encontró un escenario diferente del que esperaba al bajar a por agua: a su hijo saltando, alterado y tirándose al suelo de la emoción mientras se oía a todo volumen "Este Jordan me suena" o "Dios se ha vuelto a disfrazar de jugador de baloncesto".

-¿Se puede saber que haces? -exclamó Carlos.
-Em... No podía dormir y pues... Bajé y... Puse un segundo la tele... -dijo como pudo.
-¿No te dije anoche que no te quedaras despierto?
-Lo sé, sólo he estado un rato, de verdad. -mintió Martin.
-Sin salir una semana. A ver si aprendes a no desobedecer tanto. Hazme un favor y lee esto. Asi podrás "dormir". -le dijo, y le tiró encima de la mesa un ejemplar del MARCA con él en portada, amplios reportajes del Barça, Madrid, Milan... Apenas una página hablaba sobre la final de la NBA. Martin subió a su cuarto con la cabeza baja y se dedicó a leer una y otra vez esa página hasta que se durmió. Mañana tenía planeado "comprar el pan" y fundir al rival a base de triples. Y con eso soñó.

 
P.D. Este es el primer capítulo que inaugura una nueva sección: A Basketball Dream, un relato sobre el baloncesto que iremos desarrollando diversos colaboradores del blog.

P.D. 2. Artículo dedicado al gran Andrés Montes, anteriormente mencionado. Que en paz descanse, grande entre los grandes.

0 comentarios:

Publicar un comentario