El libro de J.R.R. Tolkien es el término que mejor define a William F. Russell. Permitidme repasar la carrera de este plusmarquista del deporte.
Bill nació en la humilde Louisiana en febrero de 1934. Su madre falleció cuando era muy joven y su padre se intentó hacer cargo de los 6 hermanos que componían la familia Russell. En la ciudad de Monroe, su lugar de nacimiento, los problemas de racismo no hacían mas que incrementarse. Esos problemas llegaron hasta tal punto que la familia tuvo que abandonar la ciudad y mudarse al actual hogar de los Warriors, situado en Oakland, San Francisco.
El pequeño Bill creció hasta no ser tan pequeño (2,08 para ser concretos) y se matriculó en la Universidad de San Francisco. En su primer partido en la USF se enfrentaba a Cal Berkley, un All-American. "El iba confiado, con su ritual pre-partido de siempre. Todos estábamos asustados. -cuenta el propio Russell-. Los primeros 6 tiros que hizo, se los taponé. El entrenador me mandó al banquillo y me dijo que no podía defender así. ¿Porque? Porque nunca lo había visto". El portentoso y defensivo Russell comenzó a impactar al mundo de la NCAA. Ganó dos títulos universitarios y una medalla olímpica antes de llegar a la NBA. Tuvo la desgracia de participar en un incidente racial en Oklahoma. Mientras la USF viajaba para un partido de liga, varios hoteles se negaron a admitir a Russell y a su compañero afroamericano, K.C. Jones. En represalia, el equipo entero se negó a jugar el encuentro que a la postre fue suspendido. "Nunca me permití ser una víctima" afirmó Bill.
Al dar el salto a la NBA, fue drafteado por los St Louis Hawks. Una ciudad peligrosa para un jugador de raza negra, dado que en aquella ciudad el racismo estaba muy arraigado, como por desgracia sucedía en casi todos Estados Unidos.
Inmediatamente, Red Auberbach consiguió traerlo a Boston en un traspaso que llevó al futuro HOF Ed Macauley y a Cliff Hagan a St Louis. "Mira, tengo que confesarte algo. -le decía Red- no se como lo vas a hacer ni puedo ayudarte. Pero hagas lo que hagas, cambiará el sistema."
En aquellos Boston Celtics coincidió con la por entonces estrella del equipo, Bob Cousy, considerado como la primera estrella mediática del deporte americano. Fue el desencadenante de jugadores como Magic, Stockton, Petrovic y demás bases que cambiaron la liga. Ambos forjaron una alianza que llevaría a los greens a lo más alto de la élite baloncestística. La jugada era sencilla: rebote de Russell que levantaba la cabeza, pase largo a Cousy y Bobby guiaba el contraataque. "Smallball" lo denominaron. Un juego rápido, explosivo y de reflejos que los Celtics supieron practicar mejor que nadie.
Enseguida la liga comenzó a exprimir lo que podía de una rivalidad que prometía ser legendaria: el año siguiente a Russell debutó un rookie llamado Wilt Chamberlain, un pívot alto y fuerte de características físicas similares a Russell. En títulos no hay comparación: 11-2. Pero el debate sigue ahí.
Desde su debut en el 56 hasta el año 1964 los Celtics ganaron 7 ANILLOS, 6 de ellos consecutivos. Lo que era la dinastía mas efectiva de la historia del deporte no hizo más que agrandar su historia. Durante dos años más los Celtics ganaron el anillo, como aquel memorable año en el que John Havlicek, que había llegado como recambio del retirado Bob Cousy, robó el balón para darle la octava victoria seguida del campeonato a los Celtics. "Havlicek stoled the ball! It's all over! Johnny Havlicek stoled the ball!" repetía la voz rasgada del comentarista Johnny Most ante la euforia del 9 banner colgado del techo del Boston Garden.
Al año siguiente Red Auberbach, que ya había dejado una mancha inborrable sobre como dirigir un equipo desde el banquillo y desde el despacho, le dejó el puesto de entrenador a su mejor amigo, un hombre que sin duda conocía bien el equipo: Bill Russell. Se convirtió en el primer jugador-entrenador de la historia y en el primer afroamericano en dirigir a un equipo de la NBA. En su primer año cayeron en las finales de Conferencia (por aquel entonces finales de División) ante los 76ers, cortaron la racha de 8 años consecutivos de triunfos Celtics, pero las vitrinas verdes no acabarían ahí. Con Russell a la cabeza del equipo, supieron contrarrestar al nemesis de William, Chamberlain, que militaba en los Lakers por aquel entonces. El panorama parecía estar hecho a medida. Dos hombres altos y dominantes, uno en el este otro en el oeste, uno en Boston, otro en L.A...
The Hawk, como lo apodaron, fue más que un jugador de baloncesto. Influyó en aquella América fracturada por colores. Es conocida su amistad con Malcom X y fue en parte embajador de los derechos de los afroamericanos. "Ojalá cuando los chavales paseen por las calles de Boston y vean la estatua de Bill Russell vean también la persona que era Bill Russell.", frase fue pronunciada por nada más y nada menos que Barack Obama, cuando le entregó la medalla al mérito deportivo.
Estadísticamente la carrera de Russell es simplemente impactante. Sus promedios totales son de 15 puntos y ¡23! rebotes. Cosechó 11 anillos de campeón, además de 5 MVPs. Si sumamos los anillos de Magic y Jordan obtenemos los de William. Tal vez la lacra estadística de su carrera fue que los tapones no comenzaron a contarse hasta el 1976, pero según un estudio se estiman que pudo promediar hasta 5 tapones por partido. Dejó un gran legado en la NBA, hasta el punto de que la NBA, a modo de homenaje, le puso nombre al trofeo que certifica al mejor jugador de las finales.
William Felton Russell siempre será recordado por ser uno de los jugadores que revolucionó el juego del baloncesto y la forma de verlo, no solo dentro si no también fuera de la cancha. Todo un genio el señor de los anillos.
PD:
Quería aprovechar a presentarme, este es mi primer artículo y estoy muy contento de ser parte de esta web. Saludos, y ya nos veremos!
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